miércoles, 29 de octubre de 2014

Uno de esos días raros...

Hoy ha sido un día raro, tanto como para que retome la escritura del blog, que hace meses tengo descuidada. Será porque últimamente sólo tengo tiempo para la dichosa tesis, que parece que no acabará nunca. Decía que ha sido raro, porque me desperté en cuanto sonó el despertador, y yo soy más de remolonear en la cama apagando la alarma cada cinco minutos. Me preparé el desayuno y en vez de ponerme a trabajar en el manuscrito, como debería haber hecho, estuve navegando por internet, básicamente perdiendo el tiempo. Luego hablé un ratito por Skype con mi amiga Celia, mi pequeña, y estuvimos compartiendo alegrías, penas y ansiedades propias de los tiempos de escritura en los que nos encontramos inmersas (ella también está terminando su tesis). Al terminar la conversación me di cuenta del vacío que siento por no tenerla cerca. Aún no había cerrado Skype cuando vi conectado a mi amigo Marcus, y como mensaje tenía una fecha: 21 de Marzo de 2015. Esa fecha sólo podía significar una cosa, como poco después me confirmó él mismo, y es que se va a vivir a Singapur. Entonces he tenido la sensación de que todo avanza muy deprisa, pero el tiempo se ha parado en la burbuja que me rodea. Será que hoy ha estado nublado y lloviendo, o quizá el cambio de hora, pero me he sentido estancada en mi vida, atrapada en la investigación y con la necesidad de pasar página, de dar un giro importante. Supongo que ese giro pasa por mudarme definitivamente a Aberdeen.
Después de un par de horas muy improductivas en las que he meditado mucho sobre mis sensaciones, he decidido que lo único que me puede sacar de este estado es terminar la tesis cuanto antes, y que la ansiedad que me domina no va a hacer más que ralentizar el proceso. Así que me he puesto a trabajar con música de fondo y al cabo de 4 horas me he sentido aliviada y orgullosa de haber avanzado en pequeñas tareas que tenía aparcadas y no me apetecía afrontar.
Así que el balance de este día ha sido finalmente positivo. Hace poco mi amigo Christian me dijo que era una de las personas más positivas que conoce y eso me encantó. Nunca me lo había planteado, y ahora intento no defraudarle, y seguir siéndolo a pesar de la adversidad predoctoral.
En fin, me acuesto ya. Al menos este día, uno de esos que de vez en cuando tenemos, me ha servido para reflexionar y centrarme en la recta final.

Y para hacer honor a la percepción que tiene Chris sobre mí aquí dejo esta canción, todo un clásico: Don't stop me now!!!